Fall 2020

 



Pues pasó lo que más nos temíamos en este otoño.. llegó el COVID a casa...


Los primeros meses del otoño tan cálidos que nos regaló el 2020 los disfrutamos al exterior, en familia y en casa solos.. nunca salimos a fiestas ni reuniones fuera de nuestra burbuja social.

Pero como les comenté en el post anterior gracias a Dios yo sigo trabajando y en noviembre 01 tuve un viaje a Durango y Torreón de trabajo y me mandaron en autobús.. 

Sufrí mucho en el viaje de Mty-Dgo.. por que eran 8 horas y lamentablemente los autobuses no piensan en la gente que tiene necesidad de viajar y sólo ven el retorno en dinero y vendieron el autobús completo! olvídate de sana distancia, de gel antibacterial o de sanitización de espacio.. me toco a un lado de un completo desconocido y un señor del otro lado del pasillo a escasos 40 cm .. ESAS 8 HORAS se me hicieron eternas... jamás me quité mi careta ni mi cubrebocas..

Llegando a Durango me topo con la noticia que también ese mismo día tengo que viajar a Torreón en autobús de nuevo.. hasta las 8 de la noche pisé base en el hotel y tuve oportunidad de bañarme desde un día antes.. tuve mucho miedo.

De regreso a Monterrey el autobús ya fue mucho menos lleno y compre Lysol y tome mis medidas de manera más estrictas, pero a partir del día que regresé se me hacían eternos los 14 días para asegurarme de no haber contraído el virus.

Al día 14 mi esposo perdió el olfato..

El niño y yo nos aislamos en casa de mis papás (primer error) pensando que sólo era una gripa pero íbamos a ser precavidos, tomó el examen y salió nuestro peor miedo POSITIVO.

Al vivir con él era obvio que era sospechosa #1 de poder estar contagiada al igual que mi bebé y mientras que nos aislamos en un cuartito separado de casa de mis papás tome el test... 

Del 15 de Noviembre al 09 de diciembre fue un completo caos, mucho estrés, mucha angustia de que pasara algo malo a mi esposo, a mi bebé, a mis papás, a mi abuelo! a mi hermana y familia y a mi.. mi mundo era un remolino de emociones, pero gracias a Dios mi esposo sólo perdió el olfato y el gusto pero jamás trajo temperatura ni complicaciones respiratorias... yo y el niño fuimos asintomáticos y mis papás no se contagiaron ni mi abuelo..

Sentimos por fin un respiro al salir de la catorcena mi esposo, mi niño y yo... y mi cuñado al estar trabajando también se contagió, contagió a mi sobrina y a mi hermana.. y mi mundo se volvió a derrumbar..

Dios es muy grande y estamos muy agradecidos con él por nunca soltarnos de su mano, coincidió que cuando eramos sospechosos y durante la cuarentena mi hermana y familia por miedo nunca fueron a casa de mis papás y al salir ellos contagiados y al no ir mis papás estuvieron seguros y sin probabilidad de contagio. teníamos mucho miedo de la reacción del COVID en mi sobrina y mi hermana y mi cuñado cada uno trae antecedentes que se podrían complicar pero sólo fue una gripa más para ellos. 

Súper agradecida inmensamente con Dios, la vida y el universo por permitirnos seguir juntos a pesar de haber caído víctimas del virus. sólo quedo en un tiempo extraño y tenso.

Los árboles de mandarina de los abuelos fueron fuente bendita de vitamina c que nos mantuvo de pie y sanos. 




Esta experiencia nos sensibilizó aún más de la tristeza, la angustia, la impotencia que da el tener tu o algún familiar o amigo este terrible mal.

Hemos visto como nuestros amigos y seres queridos han perdido a seres irremplazables por la mano del COVID, oró por ellos cada noche y le pido a Dios que nos ayude a salir de esto y a darnos ojos nuevos y corazón empático de las situaciones tan tristes que tantas familias están sufriendo por el virus, por la crisis económica o por el aislamiento en el que nos encontramos. fortalécenos  y sánanos oh Dios!


septiembre 2020




Octubre 2020










 

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